9 de enero de 2010

La gente que me gusta - Mario Benedetti


Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite, huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo.
La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente.
La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni como lucen.
La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegria, la humildad, la Fé, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduria, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi me doy por bien retribuido...

GRACIAS POR SER DE ESA GENTE...
Mario Benedetti
http://www.youtube.com/watch?v=3Q4myDcshGY

7 de enero de 2010

Hoy


Hoy vengo a escribir palabras sencillas.
Un remanso de paz,
un llamado a la locura,
a la cordura,
a los sentimientos encontrados,
a las frases llenas de contenido...
Hoy rindo homenaje a los panoramas poco auspiciadores,
a los malos perdedores,
a los que triunfan en sus quehaceres,
a los que aun creen en miradas y sonrisas,
a los que aun arriesgan,
a los que tienen esperanza,
a los que comparten vivencias,
a los desilusionados,
a los que están y a los que no...
Hoy dedico letras a modo de testamento,
a modo de declaración y ofrenda,
a modo simplemente de palabras simples...
Hoy vengo a dedicar un espacio a los que declaran el amor a las pequeñas cosas,
a los que son capaces de percibirlas y recordarlas como tesoros luminosos cuando sienten que el mundo se hunde y desarma... aveces literalmente, aveces simplemente por el ángulo desde el cual lo aprecian...
Hoy dedico un homenaje a la esencia de lo imprescindible de las cosas simples y lindas como nada o como todo en esta vida.
Dedico un espacio libre y sensible.
Le cedo la palabra a aquellos que releen poemas para recordar que la vida es hermosa siempre que se viva,
a los que creen que no hay declaración de amor más rotunda, sincera y desoladora que la que se hace mediante actos verdaderos y fieles al sentimiento y al riesgo de arriesgar (valga la redundancia).
...vengo simplemente a homenajear a la vida, y a los que nos atrevemos a vivir como se debe...
Hoy vengo a rescatar almas y corazones...
Abro una ventana para que a través de ella vislumbren una cuota de esperanza, un dulce refugio en el que la idea de volver a vivir, si es necesario después de morir una y mil veces, sea algo mas que un anhelo con aires de utopía...
Hoy estampo lineas creyendo que la vida puede venir a vernos en cualquier momento, y que cuando eso ocurre hay que estar atento para abrir la puerta oportunamente...
Rindo homenaje a los poetas anónimos presentes en todas partes,
a las declaraciones de amor,
a las trincheras,
a los que se protegen,
a los que creen,
a los que vibran,
a los que entregan,
a los que comparten,
a los que se involucran,
a las conversaciones de pasillo,
a la gente nueva,
a las experiencias,
a los miedos,
a los intentos fallidos,
a las victorias...
Dedico pequeños testamentos escritos en el papel del siglo XXI como una forma de recolectar lo que encontré en los escenarios de la vida.
Y es que botar a la basura aquellas declaraciones abandonadas sobre la mesa de un bar o en el cajón del escritorio o en las paredes de lugares emblemáticos o en el bolsillos de la chaqueta no habría sido justo con aquellas dulces palabras... ni tampoco lo habría sido con aquellos anónimos poetas que han escrito en la servilleta de un bar cuando ya está cayendo el día esperando una cita con la vida, con la urgencia de volcar recuerdos a los bolsillos para no olvidarlos, con la dicha del encuentro inminente, con la vida que entrará a tropezones por la puerta, sofocada por las prisas, disculpándose por el retraso aludiendo a que el tráfico está imposible o tal vez, a que no recordaba bien la ubicación del bar...
Hoy vengo a rendir homenaje a las cosas simples porque siento que es lo único que me queda cuando a ratos se me escapa lo que creía seguro...
Estampo con desesperación porque creo que es necesario estampar el sentimiento para recordarlo de vez en cuando, a modo de lección, de recuerdo lindo o de aprendizaje para no olvidar que aun cuando no seamos capaces de ver o escuchar lo que queremos ver o escuchar, la vida llega y trae consigo lo que debes vivir, te guste o no; incluso me atrevería a decir que aun cuando lo que nos depara el destino no es lo que esperábamos o lo que nos hubiese gustado para nosotros, no importa cuanto te prepares para ese momento, cuando llega te encegueses con su sonrisa, y te entregas de todas formas... es mas, sin darte cuenta, mientras pides dos copas para brindar a su salud, ya estas pensando que en realidad no importa el tiempo transcurrido porque tienes la sensación que siempre la estuviste esperando y que no importa lo que se venga encima, sólo queda celebrar que por fin ha llegado a tu mesa...

...Simplemente Noa
..

9 de enero de 2010

La gente que me gusta - Mario Benedetti


Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite, huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo.
La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente.
La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni como lucen.
La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegria, la humildad, la Fé, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduria, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi me doy por bien retribuido...

GRACIAS POR SER DE ESA GENTE...
Mario Benedetti
http://www.youtube.com/watch?v=3Q4myDcshGY

7 de enero de 2010

Hoy


Hoy vengo a escribir palabras sencillas.
Un remanso de paz,
un llamado a la locura,
a la cordura,
a los sentimientos encontrados,
a las frases llenas de contenido...
Hoy rindo homenaje a los panoramas poco auspiciadores,
a los malos perdedores,
a los que triunfan en sus quehaceres,
a los que aun creen en miradas y sonrisas,
a los que aun arriesgan,
a los que tienen esperanza,
a los que comparten vivencias,
a los desilusionados,
a los que están y a los que no...
Hoy dedico letras a modo de testamento,
a modo de declaración y ofrenda,
a modo simplemente de palabras simples...
Hoy vengo a dedicar un espacio a los que declaran el amor a las pequeñas cosas,
a los que son capaces de percibirlas y recordarlas como tesoros luminosos cuando sienten que el mundo se hunde y desarma... aveces literalmente, aveces simplemente por el ángulo desde el cual lo aprecian...
Hoy dedico un homenaje a la esencia de lo imprescindible de las cosas simples y lindas como nada o como todo en esta vida.
Dedico un espacio libre y sensible.
Le cedo la palabra a aquellos que releen poemas para recordar que la vida es hermosa siempre que se viva,
a los que creen que no hay declaración de amor más rotunda, sincera y desoladora que la que se hace mediante actos verdaderos y fieles al sentimiento y al riesgo de arriesgar (valga la redundancia).
...vengo simplemente a homenajear a la vida, y a los que nos atrevemos a vivir como se debe...
Hoy vengo a rescatar almas y corazones...
Abro una ventana para que a través de ella vislumbren una cuota de esperanza, un dulce refugio en el que la idea de volver a vivir, si es necesario después de morir una y mil veces, sea algo mas que un anhelo con aires de utopía...
Hoy estampo lineas creyendo que la vida puede venir a vernos en cualquier momento, y que cuando eso ocurre hay que estar atento para abrir la puerta oportunamente...
Rindo homenaje a los poetas anónimos presentes en todas partes,
a las declaraciones de amor,
a las trincheras,
a los que se protegen,
a los que creen,
a los que vibran,
a los que entregan,
a los que comparten,
a los que se involucran,
a las conversaciones de pasillo,
a la gente nueva,
a las experiencias,
a los miedos,
a los intentos fallidos,
a las victorias...
Dedico pequeños testamentos escritos en el papel del siglo XXI como una forma de recolectar lo que encontré en los escenarios de la vida.
Y es que botar a la basura aquellas declaraciones abandonadas sobre la mesa de un bar o en el cajón del escritorio o en las paredes de lugares emblemáticos o en el bolsillos de la chaqueta no habría sido justo con aquellas dulces palabras... ni tampoco lo habría sido con aquellos anónimos poetas que han escrito en la servilleta de un bar cuando ya está cayendo el día esperando una cita con la vida, con la urgencia de volcar recuerdos a los bolsillos para no olvidarlos, con la dicha del encuentro inminente, con la vida que entrará a tropezones por la puerta, sofocada por las prisas, disculpándose por el retraso aludiendo a que el tráfico está imposible o tal vez, a que no recordaba bien la ubicación del bar...
Hoy vengo a rendir homenaje a las cosas simples porque siento que es lo único que me queda cuando a ratos se me escapa lo que creía seguro...
Estampo con desesperación porque creo que es necesario estampar el sentimiento para recordarlo de vez en cuando, a modo de lección, de recuerdo lindo o de aprendizaje para no olvidar que aun cuando no seamos capaces de ver o escuchar lo que queremos ver o escuchar, la vida llega y trae consigo lo que debes vivir, te guste o no; incluso me atrevería a decir que aun cuando lo que nos depara el destino no es lo que esperábamos o lo que nos hubiese gustado para nosotros, no importa cuanto te prepares para ese momento, cuando llega te encegueses con su sonrisa, y te entregas de todas formas... es mas, sin darte cuenta, mientras pides dos copas para brindar a su salud, ya estas pensando que en realidad no importa el tiempo transcurrido porque tienes la sensación que siempre la estuviste esperando y que no importa lo que se venga encima, sólo queda celebrar que por fin ha llegado a tu mesa...

...Simplemente Noa
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