30 de julio de 2010

Algun dia...



Sucede que a veces el tiempo te regala flores en un invierno frío,
y te dibuja una sonrisa en la cara;
y te esmeras por guardar la flor en la memoria para revisarla en los momentos difíciles,
aquellos en los que te sientes solo y perdido,
aquellos en los que sientes que la vida es injusta, incluso cruel.
Y es que cuando la recuerdas, descubres que fuiste feliz,
y que la vida te obsequió el privilegio de vivir la experiencia.
Vuelves a sonreír.

El invierno avanza y trae consigo sentimientos encontrados.
Olor a principio y abrazo.

Evoco aquellas flores que la vida me regaló en su momento.
Evoco personas.
Recuerdo lo felices que fuimos en los días en los que recorrimos la vida juntos,
cuando suspirábamos las canciones como quien sopla un diente de león,
o disfrutábamos de momentos simples como un niño disfruta un juguete nuevo,
miradas perdidas en miradas,
sonrisas espontaneas,
el tiempo se detenía;
evoco su presencia, siempre haciendo temblar mis temores,
incluso más que el frío de este invierno inmisericorde.

Y es que sucede que a veces eres feliz pero no lo descubres hasta un tiempo después, cuando volteas hacia atrás y haces repaso de lo vivido.
Te sientes vivo.
Vuelves a sonreír, pero esta vez con una risa más bien irónica... la vida no perdona los errores,
y los cobra; si no aprovechaste el momento y advertiste que la felicidad estaba en tus manos, simplemente la pierdes, y no hay otra opción que empezar la búsqueda nuevamente.
La felicidad hoy en día es una opción, y está en todos lados,
sin embargo, y pese a eso, hay quienes pasan toda una vida en su búsqueda.

Agradezco el privilegio de haber estado en ese momento, en ese lugar.
Los cruces de caminos siempre serán un enigma fascinante para mi, pues inevitablemente te marcan, y no avisan; lo único que te queda es aprender y disfrutar mientras dure, aprender por sobre todas las cosas, y ser feliz en el intento.
A eso vinimos.
No puede ser de otra forma.

La noche es fría, no más que las tantas de este invierno especialmente gélido.
Respiro hondo. Intento evocar esas flores obsequiadas en su momento para recordar que fui afortunada,
y me encuentro con un "te echo de menos" colmado de sentimientos encontrados, pero en paz por sobre todo.

A ratos siento la sensación de que el mundo duele menos cuando estoy prendida en el recuerdo.
Algún día te contaré cómo fue todo,
me regañarás por haber hecho menos de lo que podría haber hecho,
descifraremos juntos el idioma extraño con que a veces hablan las soledades y los rencores,
fumaremos un cigarro mientras caiga la tarde,
las miradas volverán a perderse sin temor de hacerlo,
y te enseñaré las palmas de mis manos para reconozcas en sus líneas el camino que aún hemos de recorrer juntos, aun nos queda historia por escribir.

El mundo seguirá su ritmo normal,
yo seguiré navegando a la deriva como los restos de un naufragio,
haciéndome fuerte,
aprendiendo por sobre todo.
Nos reconoceremos, pese a lo diferente que nos veamos, y no ha de extrañarnos tal cambio pues ambos sabremos que de una u otra forma la vida nos ha de recordar que el tiempo no estuvo detenido para nosotros, la vida siguió su curso, y cada cual su respectivo camino.

Algún día dormiremos juntos el sueño pendiente, el viaje que hice, el camino que emprendiste, las ganas de vernos; y es que el amor, a veces, es simple y no siempre entiende que hay batallas que es mejor postergar...

Simplemente Noa


Esperando a Ismael... http://iserrano.blogspot.com/

24 de julio de 2010


["Al llegar el invierno los árboles deben de suspirar de tristeza al ver como caen sus hojas. Deben decir algo asi como: "Jamás volveremos a ser como antes".
Claro que no. De otro modo, ¿Cual sería el sentido de la renovación?. Las siguientes hojas tendrán su propia personalidad, pertenecen a un nuevo verano que se acerca. Vivir es cambiar, y las estaciones nos repiten esta lección todos los años. Cambio y renovación son leyes de vida, y es bueno acostumbrarse a ellas para no sufrir por cosas que solo existen para traernos alegrías..."] Paulo Coelho.

En el mundo existen dos tipos de personas:

Están los que usan siempre la misma ropa, llevan amuletos, hacen promesas, imploran mirando al cielo, creen supersticiones, se esmeran por hacer felices a los demás, conviven con la rutina sin mayor problema, temen a muchas cosas y lo manifiestan abiertamente, desconfían de vez en cuando, sufren y se lamentan de si mismos cuando la vida no es condescendiente con ellos, constantemente esperan y se esmeran por ser capaces de cumplir con los cánones establecidos, y son de los que se sientan a esperar el rescate cuando los vientos de la vida soplan en contra de la dirección escogida.
Cuando nos cruzamos con este tipo de personas y las acabamos haciendo parte de nuestra vida, pasan también a querer modificarla, pues si no actuamos tal y como ellas esperan de acuerdo a los cánones que tienen establecidos como normalidad, se disgustan. Estas personas encasillan todo lo que deben vivir para sentirse seguros de los pasos que les permiten ir avanzando, son de los que se paralizan cuando les cambias el orden de las fichas, pues no hay un segundo plan, no hay una opción adicional a lo que tienen planeado, no hay mas aristas, no hay mas paisaje que el que quieren ver. La mayoría de las veces no tienen una idea clara de cómo deben vivir su vida, sin embargo tienen claro que es lo que deberían y no deberían hacer, y suelen extrapolar esta normalidad tanto a sus vidas como a la del resto de las personas.

Por otro lado, están los suelen ir un paso adelante o un paso atrás que el resto de las personas. Generalmente no pasan desapercibidos, socializan, les gusta interactuar, pasar por los lugares impregnándose del ambiente y de las personas con las que les esta tocando compartir. Difrutan de cada cruce caminos, pues saben que despues de cada uno, no volveran a ser la misma persona.
Arriesgan mas de lo que deberían, y efectivamente muchas veces pierden mas de lo que tienen.
No se arrepienten de los errores cometidos, pues saben que la posibilidad de enmendar un error es mas valiosa que el no haberlo cometido nunca.
Estas personas son las que siguen corriendo aun cuando las piernas le tiemblan, siguen luchando aun cuando todo parece perdido, están convencidos de que la vida es un desafío en sí misma.
También temen, incluso mucho mas de lo que son capaces de asumir, sin embargo han aprendido a convivir con ese temor y a utilizarlo como herramienta a la hora de actuar; saben cargar con sus culpas y enfrentar sus errores;... el miedo a equivocarse es parte de su vida, y no se paralizan ante el.
Sufren, pero no se quejan pues saben que el dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio se termina... Saben que la satisfacción de lograr un sueño es una felicidad impagable y por ello arriesgan todo, aun cuando pueden salir perdedores, pues confían en que el próximo intento, aunque cueste, sera mejor que el anterior.

Sus cuerpos tienen la misma cantidad de músculos, por sus venas corre la misma sangre, lo que los hace diferentes es su espíritu y la determinación de alcanzar la cima... les gusta llegar a aquellos lugares donde no se llega superando a los demás sino a uno mismo.
Saben que cuando un hombre camina en dirección a su destino, se ve forzado muchas veces a cambiar su rumbo, incluso a retroceder al punto de partida; y no se averguenzan cuando ello sucede. Saben que aveces las circunstancias externas son más fuertes que uno, y ante eso muchas veces hay que ceder, reflexionar acerca de lo sucedido y cambiar la estrategia, pues eso forma parte del aprendizaje que conllevan los fracasos. Nunca pierden de vista lo que quieren, pero no por ello se vuelven ciegos a la belleza de los paisajes que nos regala el camino para llegar al objetivo. Nunca olvidan que el secreto consiste no desistir jamas...


Y es que creo que no hay caminos predeterminados, ni recetas que indiquen el forma mas correcta de llegar al punto que nos fijamos como objetivo. La vida simplemente nos envía situaciones y un abanico de posibilidades para elegir como actuar, que seguir, como comenzar de nuevo. Personalmente me identifico mas con mi segundo tipo de personas, y creo rodearme de gente así casi instintivamente; quizás sea algo así como un medio de resguardo, pues al fin y al cabo se que si todo se derrumba y yo no estoy, o no están, tarde o temprano ambos podremos seguirle el ritmo a la vida, porque creemos que siempre es posible hacerlo...lo concebimos casi como una obligación intransable.
Al fin y al cabo, lo mínimo que podemos hacer por nosotros es tratar de ser felices...

["Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño...
...Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
...Me gusta la gente que con su energía, contagia.
...La gente que lucha contra adversidades.... que busca soluciones.

...Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido..."]
Mario Benedetti.


Simplemente Noa.

30 de julio de 2010

Algun dia...



Sucede que a veces el tiempo te regala flores en un invierno frío,
y te dibuja una sonrisa en la cara;
y te esmeras por guardar la flor en la memoria para revisarla en los momentos difíciles,
aquellos en los que te sientes solo y perdido,
aquellos en los que sientes que la vida es injusta, incluso cruel.
Y es que cuando la recuerdas, descubres que fuiste feliz,
y que la vida te obsequió el privilegio de vivir la experiencia.
Vuelves a sonreír.

El invierno avanza y trae consigo sentimientos encontrados.
Olor a principio y abrazo.

Evoco aquellas flores que la vida me regaló en su momento.
Evoco personas.
Recuerdo lo felices que fuimos en los días en los que recorrimos la vida juntos,
cuando suspirábamos las canciones como quien sopla un diente de león,
o disfrutábamos de momentos simples como un niño disfruta un juguete nuevo,
miradas perdidas en miradas,
sonrisas espontaneas,
el tiempo se detenía;
evoco su presencia, siempre haciendo temblar mis temores,
incluso más que el frío de este invierno inmisericorde.

Y es que sucede que a veces eres feliz pero no lo descubres hasta un tiempo después, cuando volteas hacia atrás y haces repaso de lo vivido.
Te sientes vivo.
Vuelves a sonreír, pero esta vez con una risa más bien irónica... la vida no perdona los errores,
y los cobra; si no aprovechaste el momento y advertiste que la felicidad estaba en tus manos, simplemente la pierdes, y no hay otra opción que empezar la búsqueda nuevamente.
La felicidad hoy en día es una opción, y está en todos lados,
sin embargo, y pese a eso, hay quienes pasan toda una vida en su búsqueda.

Agradezco el privilegio de haber estado en ese momento, en ese lugar.
Los cruces de caminos siempre serán un enigma fascinante para mi, pues inevitablemente te marcan, y no avisan; lo único que te queda es aprender y disfrutar mientras dure, aprender por sobre todas las cosas, y ser feliz en el intento.
A eso vinimos.
No puede ser de otra forma.

La noche es fría, no más que las tantas de este invierno especialmente gélido.
Respiro hondo. Intento evocar esas flores obsequiadas en su momento para recordar que fui afortunada,
y me encuentro con un "te echo de menos" colmado de sentimientos encontrados, pero en paz por sobre todo.

A ratos siento la sensación de que el mundo duele menos cuando estoy prendida en el recuerdo.
Algún día te contaré cómo fue todo,
me regañarás por haber hecho menos de lo que podría haber hecho,
descifraremos juntos el idioma extraño con que a veces hablan las soledades y los rencores,
fumaremos un cigarro mientras caiga la tarde,
las miradas volverán a perderse sin temor de hacerlo,
y te enseñaré las palmas de mis manos para reconozcas en sus líneas el camino que aún hemos de recorrer juntos, aun nos queda historia por escribir.

El mundo seguirá su ritmo normal,
yo seguiré navegando a la deriva como los restos de un naufragio,
haciéndome fuerte,
aprendiendo por sobre todo.
Nos reconoceremos, pese a lo diferente que nos veamos, y no ha de extrañarnos tal cambio pues ambos sabremos que de una u otra forma la vida nos ha de recordar que el tiempo no estuvo detenido para nosotros, la vida siguió su curso, y cada cual su respectivo camino.

Algún día dormiremos juntos el sueño pendiente, el viaje que hice, el camino que emprendiste, las ganas de vernos; y es que el amor, a veces, es simple y no siempre entiende que hay batallas que es mejor postergar...

Simplemente Noa


Esperando a Ismael... http://iserrano.blogspot.com/

24 de julio de 2010


["Al llegar el invierno los árboles deben de suspirar de tristeza al ver como caen sus hojas. Deben decir algo asi como: "Jamás volveremos a ser como antes".
Claro que no. De otro modo, ¿Cual sería el sentido de la renovación?. Las siguientes hojas tendrán su propia personalidad, pertenecen a un nuevo verano que se acerca. Vivir es cambiar, y las estaciones nos repiten esta lección todos los años. Cambio y renovación son leyes de vida, y es bueno acostumbrarse a ellas para no sufrir por cosas que solo existen para traernos alegrías..."] Paulo Coelho.

En el mundo existen dos tipos de personas:

Están los que usan siempre la misma ropa, llevan amuletos, hacen promesas, imploran mirando al cielo, creen supersticiones, se esmeran por hacer felices a los demás, conviven con la rutina sin mayor problema, temen a muchas cosas y lo manifiestan abiertamente, desconfían de vez en cuando, sufren y se lamentan de si mismos cuando la vida no es condescendiente con ellos, constantemente esperan y se esmeran por ser capaces de cumplir con los cánones establecidos, y son de los que se sientan a esperar el rescate cuando los vientos de la vida soplan en contra de la dirección escogida.
Cuando nos cruzamos con este tipo de personas y las acabamos haciendo parte de nuestra vida, pasan también a querer modificarla, pues si no actuamos tal y como ellas esperan de acuerdo a los cánones que tienen establecidos como normalidad, se disgustan. Estas personas encasillan todo lo que deben vivir para sentirse seguros de los pasos que les permiten ir avanzando, son de los que se paralizan cuando les cambias el orden de las fichas, pues no hay un segundo plan, no hay una opción adicional a lo que tienen planeado, no hay mas aristas, no hay mas paisaje que el que quieren ver. La mayoría de las veces no tienen una idea clara de cómo deben vivir su vida, sin embargo tienen claro que es lo que deberían y no deberían hacer, y suelen extrapolar esta normalidad tanto a sus vidas como a la del resto de las personas.

Por otro lado, están los suelen ir un paso adelante o un paso atrás que el resto de las personas. Generalmente no pasan desapercibidos, socializan, les gusta interactuar, pasar por los lugares impregnándose del ambiente y de las personas con las que les esta tocando compartir. Difrutan de cada cruce caminos, pues saben que despues de cada uno, no volveran a ser la misma persona.
Arriesgan mas de lo que deberían, y efectivamente muchas veces pierden mas de lo que tienen.
No se arrepienten de los errores cometidos, pues saben que la posibilidad de enmendar un error es mas valiosa que el no haberlo cometido nunca.
Estas personas son las que siguen corriendo aun cuando las piernas le tiemblan, siguen luchando aun cuando todo parece perdido, están convencidos de que la vida es un desafío en sí misma.
También temen, incluso mucho mas de lo que son capaces de asumir, sin embargo han aprendido a convivir con ese temor y a utilizarlo como herramienta a la hora de actuar; saben cargar con sus culpas y enfrentar sus errores;... el miedo a equivocarse es parte de su vida, y no se paralizan ante el.
Sufren, pero no se quejan pues saben que el dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio se termina... Saben que la satisfacción de lograr un sueño es una felicidad impagable y por ello arriesgan todo, aun cuando pueden salir perdedores, pues confían en que el próximo intento, aunque cueste, sera mejor que el anterior.

Sus cuerpos tienen la misma cantidad de músculos, por sus venas corre la misma sangre, lo que los hace diferentes es su espíritu y la determinación de alcanzar la cima... les gusta llegar a aquellos lugares donde no se llega superando a los demás sino a uno mismo.
Saben que cuando un hombre camina en dirección a su destino, se ve forzado muchas veces a cambiar su rumbo, incluso a retroceder al punto de partida; y no se averguenzan cuando ello sucede. Saben que aveces las circunstancias externas son más fuertes que uno, y ante eso muchas veces hay que ceder, reflexionar acerca de lo sucedido y cambiar la estrategia, pues eso forma parte del aprendizaje que conllevan los fracasos. Nunca pierden de vista lo que quieren, pero no por ello se vuelven ciegos a la belleza de los paisajes que nos regala el camino para llegar al objetivo. Nunca olvidan que el secreto consiste no desistir jamas...


Y es que creo que no hay caminos predeterminados, ni recetas que indiquen el forma mas correcta de llegar al punto que nos fijamos como objetivo. La vida simplemente nos envía situaciones y un abanico de posibilidades para elegir como actuar, que seguir, como comenzar de nuevo. Personalmente me identifico mas con mi segundo tipo de personas, y creo rodearme de gente así casi instintivamente; quizás sea algo así como un medio de resguardo, pues al fin y al cabo se que si todo se derrumba y yo no estoy, o no están, tarde o temprano ambos podremos seguirle el ritmo a la vida, porque creemos que siempre es posible hacerlo...lo concebimos casi como una obligación intransable.
Al fin y al cabo, lo mínimo que podemos hacer por nosotros es tratar de ser felices...

["Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño...
...Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
...Me gusta la gente que con su energía, contagia.
...La gente que lucha contra adversidades.... que busca soluciones.

...Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido..."]
Mario Benedetti.


Simplemente Noa.