16 de mayo de 2009

Un paso más...


Era tarde, pero decidí salir a caminar un rato.
Una brisa fría golpeaba mi rostro. Pese a que antes de salir me había puesto un abrigo, el frío de la noche lograba estremecerme, cada paso era un recordatorio de la realidad.
Anduve por las calles de mi barrio disfrutando de la apacible oscuridad de la noche; normalmente mis andanzas por esos lares suelen estar asociados a tristeza, preocupación, nostalgia, ganas de volver a hacer cosas, horarios, ideas.
Hoy, sin embargo, caminaba solo para encontrarme. Hace mucho no me hacía el tiempo para conversar conmigo. Así que salí, y sentí una profunda melancolía.
Me encontré con una mujer distinta, me conmovió el sentirme fría. Tengo la mala costumbre de ceder a las corazas cuando me descuido. Este era el caso.

Advertí que mi falta de tiempo para ocuparte me de mí me había vuelto hermética a las sensaciones, y me estremecí. Recordé la fraese de una destacada psicóloga en una entrevista: "No existe la "falta de tiempo", esa frase es solo una excusa para no reconocer que tenemos prioridades diferentes a las que deberíamos tener...". Tenía razón, durante este ultimo tiempo prefería dedicarme a mi trabajo que a mi persona...
Hace tan solo unos meses estaba llena de luz, de sabiduría , de experiencia y encanto. Me recordé paseando por la orilla de la playa a la que solía visitar cada verano hasta ahora y esboce una sonrisa cuando vi mi angustia de entonces al pensar si debía dedicarme o no a una vida que no era la mía. Para ese entonces las cosas eran muy diferentes a lo que son hoy.

Tome un taxi, la desilusión me superó.

Mi esposo murió hace dos meses. Y no lo cuestiono, o al menos lucho por no hacerlo. Siempre he dicho que lo que nos ocurre es lo que estaba escrito para nosotros. Aun no me acostumbro. Me es inevitable no sentirme sola. Cuando te casas se supone que es para toda la vida, no esperas quedarte sola tan pronto. Creo que el recuerdo de las tantas conversaciones que tuvimos sobre este momento me da fuerzas, se que si estuviera aquí, le gustaría verme bien. Sé que si se fue es porque le era su minuto, se que si sigo aquí es porque aun no ha llegado el mio; y no forzare el momento, si estoy aquí es porque aun tengo cosas por hacer. Aunque se que podré vivir sin el, siento que con el murió una parte de mi.
Creo que uno de los mayores aprendizajes que me está dejando este proceso es vivir el hoy.
Hasta hace un tiempo vivía pensando en el mañana, la próxima semana, el próximo aniversario, la próxima fecha especial. Ese día, cuando llegue a mi casa, empecé a revisar nuestras cosas. No tenia claro como iba lograr deshacerme de todo eso. Sabía que algún día lo tendría que hacer. Y descubrí un vestido que tenía guardado para la "próxima vez que saliéramos a comer". Nunca lo vio. Sentí rabia conmigo por eso. ¿Por qué no ha usado el mismo día que lo compré?. ¿Acaso no era en sí un buen día para usarlo?. ¿Por qué tener que esperar la ocasión?... creo que es una de las cosas que corregiré.
Llegué a mi casa. La calidez del taxi logró entibiar mi corazón. Pese a que sentí una profunda tristeza al ver que aquella presencia mágica que me caracterizaba hasta hace algún tiempo se había ido, mi corazón estaba tranquilo. Es parte del proceso- me dije.
Decidí no pensar mas en eso para no dejar que la ansiedad estropeara todo lo que debiese venir a su debido tiempo. Aquella mujer de hace algunos meses debía volver, pero cuando fuese el momento indicado. Habían heridas que sanar, lágrimas que derramar, aun queda pena por sufrir para poder empezar de cero o desde el punto que estime conveniente para volver a empezar.

Cuando las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones inconsistentes. Sé que lo inevitable se manifestará, tal como ha ocurrido hasta ahora. Tengo la certeza de que volveré a ser la de antes porque sé que es mi esencia y ésta siempre encuentra la forma de volver a irradiar aun cuando aveces la crea perdida. Sé que lo voy a lograr. No ahora, porque no estoy preparada, pero confío en que lo haré porque creo en ello y mi fe en creer que puedo lograr lo que me proponga es lo que me mantiene en pié.

Definitivamente la elección de salir a caminar, por sobre quedarme en la cama viendo televisión, fue la indicada. Lo necesitaba. Creo que el aprendizaje de hoy es respetar la importancia de cada segundo, vivir cada momento con veneración, saber que cada momento es una buena ocasión, cada instante es un instante mágico que no se debe dejar pasar por pensar que vendrá otro mejor, vivir el hoy con lo que se tiene que vivir, no apresurar las cosas, pues cada una es un paso que conlleva en si una intrínseca dificultad.

Me voy a dormir. Mi corazón esta cálido nuevamente. Lloro, pero no de tristeza. Hoy di un paso mas. Me encontré nuevamente conmigo. Ya no estoy sola...


Simplemente Noa...


Dedicado a Daniel, por recordarme lo maravilloso que es escribir. Lo había dejado de lado, mis prioridades eran otras (por no decir que me faltaba tiempo. El dato de la psicóloga es real, el resto es solo parte de mi canalización de pensamientos a traves de historias, relatos que vienen a mi mente). Muchas gracias Daniel...

4 comentarios:

Edu dijo...

La mejor reflexion es la que hace el alma, cuando busca las respuestas a sus preguntas.
Un Saludo.
Emotivo relato.

Dani.. dijo...

Machas gracias
querida Amiga,
por darme la oportunidad
de llegar justo a tiempo.

Te envío mi abrazo.
Dani..

Zen dijo...

se le extrañaba por estos lados, cuidese que este bien

cariños

Anónimo dijo...

"para no reconocer que tenemos prioridades diferentes a las que deberíamos tener..."

más bien que tenemos prioridades diferentes de las que la persona a la que se lo decimos quisiera que tuviéramos, ese "deberíamos" creo que es un error, nuestras prioridades son las que son, y está bien que sean esas, digan lo que digan los que deseen nuestro tiempo para ellos

un abrazo

16 de mayo de 2009

Un paso más...


Era tarde, pero decidí salir a caminar un rato.
Una brisa fría golpeaba mi rostro. Pese a que antes de salir me había puesto un abrigo, el frío de la noche lograba estremecerme, cada paso era un recordatorio de la realidad.
Anduve por las calles de mi barrio disfrutando de la apacible oscuridad de la noche; normalmente mis andanzas por esos lares suelen estar asociados a tristeza, preocupación, nostalgia, ganas de volver a hacer cosas, horarios, ideas.
Hoy, sin embargo, caminaba solo para encontrarme. Hace mucho no me hacía el tiempo para conversar conmigo. Así que salí, y sentí una profunda melancolía.
Me encontré con una mujer distinta, me conmovió el sentirme fría. Tengo la mala costumbre de ceder a las corazas cuando me descuido. Este era el caso.

Advertí que mi falta de tiempo para ocuparte me de mí me había vuelto hermética a las sensaciones, y me estremecí. Recordé la fraese de una destacada psicóloga en una entrevista: "No existe la "falta de tiempo", esa frase es solo una excusa para no reconocer que tenemos prioridades diferentes a las que deberíamos tener...". Tenía razón, durante este ultimo tiempo prefería dedicarme a mi trabajo que a mi persona...
Hace tan solo unos meses estaba llena de luz, de sabiduría , de experiencia y encanto. Me recordé paseando por la orilla de la playa a la que solía visitar cada verano hasta ahora y esboce una sonrisa cuando vi mi angustia de entonces al pensar si debía dedicarme o no a una vida que no era la mía. Para ese entonces las cosas eran muy diferentes a lo que son hoy.

Tome un taxi, la desilusión me superó.

Mi esposo murió hace dos meses. Y no lo cuestiono, o al menos lucho por no hacerlo. Siempre he dicho que lo que nos ocurre es lo que estaba escrito para nosotros. Aun no me acostumbro. Me es inevitable no sentirme sola. Cuando te casas se supone que es para toda la vida, no esperas quedarte sola tan pronto. Creo que el recuerdo de las tantas conversaciones que tuvimos sobre este momento me da fuerzas, se que si estuviera aquí, le gustaría verme bien. Sé que si se fue es porque le era su minuto, se que si sigo aquí es porque aun no ha llegado el mio; y no forzare el momento, si estoy aquí es porque aun tengo cosas por hacer. Aunque se que podré vivir sin el, siento que con el murió una parte de mi.
Creo que uno de los mayores aprendizajes que me está dejando este proceso es vivir el hoy.
Hasta hace un tiempo vivía pensando en el mañana, la próxima semana, el próximo aniversario, la próxima fecha especial. Ese día, cuando llegue a mi casa, empecé a revisar nuestras cosas. No tenia claro como iba lograr deshacerme de todo eso. Sabía que algún día lo tendría que hacer. Y descubrí un vestido que tenía guardado para la "próxima vez que saliéramos a comer". Nunca lo vio. Sentí rabia conmigo por eso. ¿Por qué no ha usado el mismo día que lo compré?. ¿Acaso no era en sí un buen día para usarlo?. ¿Por qué tener que esperar la ocasión?... creo que es una de las cosas que corregiré.
Llegué a mi casa. La calidez del taxi logró entibiar mi corazón. Pese a que sentí una profunda tristeza al ver que aquella presencia mágica que me caracterizaba hasta hace algún tiempo se había ido, mi corazón estaba tranquilo. Es parte del proceso- me dije.
Decidí no pensar mas en eso para no dejar que la ansiedad estropeara todo lo que debiese venir a su debido tiempo. Aquella mujer de hace algunos meses debía volver, pero cuando fuese el momento indicado. Habían heridas que sanar, lágrimas que derramar, aun queda pena por sufrir para poder empezar de cero o desde el punto que estime conveniente para volver a empezar.

Cuando las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones inconsistentes. Sé que lo inevitable se manifestará, tal como ha ocurrido hasta ahora. Tengo la certeza de que volveré a ser la de antes porque sé que es mi esencia y ésta siempre encuentra la forma de volver a irradiar aun cuando aveces la crea perdida. Sé que lo voy a lograr. No ahora, porque no estoy preparada, pero confío en que lo haré porque creo en ello y mi fe en creer que puedo lograr lo que me proponga es lo que me mantiene en pié.

Definitivamente la elección de salir a caminar, por sobre quedarme en la cama viendo televisión, fue la indicada. Lo necesitaba. Creo que el aprendizaje de hoy es respetar la importancia de cada segundo, vivir cada momento con veneración, saber que cada momento es una buena ocasión, cada instante es un instante mágico que no se debe dejar pasar por pensar que vendrá otro mejor, vivir el hoy con lo que se tiene que vivir, no apresurar las cosas, pues cada una es un paso que conlleva en si una intrínseca dificultad.

Me voy a dormir. Mi corazón esta cálido nuevamente. Lloro, pero no de tristeza. Hoy di un paso mas. Me encontré nuevamente conmigo. Ya no estoy sola...


Simplemente Noa...


Dedicado a Daniel, por recordarme lo maravilloso que es escribir. Lo había dejado de lado, mis prioridades eran otras (por no decir que me faltaba tiempo. El dato de la psicóloga es real, el resto es solo parte de mi canalización de pensamientos a traves de historias, relatos que vienen a mi mente). Muchas gracias Daniel...

4 comentarios:

Edu dijo...

La mejor reflexion es la que hace el alma, cuando busca las respuestas a sus preguntas.
Un Saludo.
Emotivo relato.

Dani.. dijo...

Machas gracias
querida Amiga,
por darme la oportunidad
de llegar justo a tiempo.

Te envío mi abrazo.
Dani..

Zen dijo...

se le extrañaba por estos lados, cuidese que este bien

cariños

Anónimo dijo...

"para no reconocer que tenemos prioridades diferentes a las que deberíamos tener..."

más bien que tenemos prioridades diferentes de las que la persona a la que se lo decimos quisiera que tuviéramos, ese "deberíamos" creo que es un error, nuestras prioridades son las que son, y está bien que sean esas, digan lo que digan los que deseen nuestro tiempo para ellos

un abrazo