25 de noviembre de 2009

El miedo...


Hoy he venido a entregar unas líneas inspiradas en un compañero recurrente en nuestras vidas,
que a ratos ignoramos,
que muchas veces dejamos que nos domine,
que suele hacernos actuar de muchas formas,
que puede activar en nosotros un sin número de respuestas,
que tiene la capacidad de hacernos infinitamente fuertes,
y también,
y quizás ese sea su lado mas oscuro,
de destruirnos de la manera mas lapidaria y definitiva: El miedo.

El miedo siempre ha sido y siempre será componente importante en la conducta. Personalmente no creo en aquellos que dicen no sentirlo, considero que o es bloqueo, o es una valentía creada a partir de un episodio de temor.... un aprendizaje.
Convivimos a diario con él,
más de lo que pensamos,
más de lo que logramos percibir,
más de lo que nos gustaría,
más incluso, de lo que somos capaces de asumir.
Y es que está en cosas tan cotidianas como en la dueña de casa a la que le gustaría trabajar y ser independiente, pero no se esfuerza por hacerlo por miedo a la reacción del marido...,
en la joven que no disfruta de una vida sexual con su pareja por miedo a quedar embarazada...,
en los niños que se portan bien por miedo a los castigos...,
en el empleado que teme pedir un aumento de sueldo...,
en la joven que se sienta sola a leer un libro fingiendo que esta concentrada e interesada en lo que lee, cuando en el fondo está aterrorizada pensando en la posibilidad de no encontrar nunca al amor de su vida, de no sacar su carrera, de no ser lo que los demás esperan de ella...,
en el joven que también está aterrado por la presión de tener que satisfacer las expectativas de sus padres...,
en el viejo que no fuma ni bebe afirmando que así se siente con más energía y vitalidad, cuando en el fondo lo que sucede es que le aterra la posibilidad de morir...,
en la joven que teme al rechazo de sus padres por no estudiar lo que ellos quieren,
en el joven que adopta un estilo confrontacional y llamativo por miedo a ser ignorado por la sociedad al igual que lo es en su casa...,
en la pareja que pasea con una sonrisa en los labios encerrando el terror a hacerse viejos, el conformismo con el otro ante el terror de no encontrar a alguien mejor...,
en la mujer de 35 que se comporta como si tuviera 20 por el terror que le significa el paso de los años, la ausencia de una pareja estable, y sobretodo el pánico a que sea demasiado tarde para tener hijos...,
en el padre ausente que recuerda día a día al hijo que abandonó sin acercarse por pánico al reproche y al rechazo...

El terror de quedarse solo.

El terror a la oscuridad.
El temor de hacer cualquier cosa que se salga de las buenas costumbres.
El terror del juicio de Dios.
El terror a los comentarios de los hombres.
El terror a que la justicia castiga ante cualquier falta.
El terror a dejar de ser atractivo para tu pareja.
El terror de arriesgarse y perder.
El terror de ganar y tener que convivir con la envidia.
El terror de amar y ser rechazado.
El temor a pedir un aumento.
El terror a terminar una relación.
El miedo a aceptar una invitación.
El temor de ir a lugares desconocidos.
El miedo de no ser capaz de impresionar a los demás.
El terror a hacerse viejo.
El miedo de asumir una homosexualidad.
El miedo a cometer errores.
El miedo a las responsabilidades.
El terror al "que dirán".
El terror a morir.
El terror a defraudar.
El miedo a caer y no saber como ponerse de pie.
El miedo a ser uno mismo y no ser aceptado.
El miedo a no ser lo que los demás quieren que uno sea.
El terror a que nuestros defectos llamen la atención.
El terror a que nuestras virtudes no llamen la atención.
El terror de pasar desapercibido al no llamar la atención ni por nuestros defectos ni por nuestras virtudes.
El miedo a sufrir.
El miedo al miedo...

El miedo está en todos lados,
en cada uno de nosotros,
la diferencia es que unos son capaces de confrontarlo y tomar la valiente decisión de decir no estoy de acuerdo.
Por miedo a la soledad es que somos capaces de sufrir la tortura de una mala compañía. Por miedo a sufrir el final de una relación, muchos prefieren sufrir por años el infierno de una relación enfermiza.
Por miedo a sufrir a causa de nuestros errores, sufrimos las consecuencias de no comprometernos, de no acercanos, de no intentarlo, de no arriesgar nada...
Por miedo a sufrir el rechazo de los demás, preferimos no vivir nunca un encuentro, sufrir en soledad, no arriesgarnos a querer...
Por miedo al sufrimiento que involucra en que alguien no te quiera como quieres que te quiera: o dejas de atreverte a querer y te quedas seguro con tu sola compañía, sufriendo por no tener a alguien a tu lado; o te conviertes en un ser posesivo, quedandote finalmente solo y llegando al mismo final que la opción anterior.
Por miedo a sufrir una relación sexual no bien lograda, algunos prefieren ni siquiera intentarlo.
Por miedo a fracasar en un proyecto, sufrimos el terrible fracaso de no emprender ninguno.
Por miedo a que nuestros hijos den un mal paso, los llenamos de barreras protectoras que lo único que consiguen hacer es hacerlos incapaces de dar un paso por su cuenta...

Si...el miedo esta en todos lados,

y ante eso creo que tenemos dos opciones:
O nos paralizamos ante la posibilidad y hacemos lo posible por evitar el contacto,
o nos hacemos cargo.
Una mala reacción ante el estimulo nos puede dejar inmóviles,
encasillados,
sin la capacidad de fluir a nosotros mismos... perdiéndonos,
perdiendo personas,
perdiendo oportunidades,
perdiendo tiempo,
y en el fondo, perdiendo vida...
Ingenuamente nos autoconvencemos de que el no arriesgar involucra seguridad, que el no intentar es no caer; que el no hacer aquello a lo que estamos temiendo nos mantendrá mejor... seguros... tranquilos, cuando en el fondo lo único que consigue es llenarnos de límites autoimpuestos, lo cual nunca es bueno...
Mi consigna no es no temer, considero que el miedo debe estar presente en la vida de cada uno de nosotros, pero no como una muralla que nos impida ver lo que la vida nos depara, sino mas bien como una potente herramienta que es necesario aprender a manejar para dominarla en los casos en los que nos enfrentemos a obstáculos. El miedo, o paraliza o puede ser el estimulo que nos ayude a reaccionar ante la vida sacando lo mejor de nosotros para seguir adelante...
Me declaro una defensora de la valentía no como la cualidad de los que no sienten temor, sino mas bien como la de los que saben que mas allá del miedo hay un sin numero de oportunidades que vale la pena alcanzar,...
Supongo que lo único peor que fracasar en el intento, es nunca haberlo intentado... no?

"... Sinceramente sé que no me diferencio gran cosa de los demás, y que mi corazón, al igual que todos ellos, también alberga muchos miedos.... Sin embargo a pesar de todo, siento que los frutos de mi vida hablan por mí, y aunque que he caído en mas de una oportunidad, y sé que en mas de alguna oportunidad las cosas no saldrán como espero, si todo se derrumbase mañana por un paso en falso, por lo menos puedo decir que no he dejado correr mi vida sin arriesgar..."

Simplemente Noa

14 de noviembre de 2009

Escúcheme un momento...


Me gustaría que me escuchara un momento,
en silencio,
sin interrupciones,
hace tiempo que tengo deseos de decirle estas palabras,
no crea que me es fácil hacerlo,
en reiteradas ocasiones he sentido temor de lo que siento,
usted escapa a mi voluntad,
usted me hizo cruzar la línea,
por mucho tiempo me negué a intentarlo... huí.
Y es que usted llegó cuando menos lo esperaba,
es mas, usted llegó cuando ya había dejado de esperar.
Existen tantas formas de decir las mismas cosas,
usted me inspira, me llena de una manera que quizás no logre percibir por mi obstinada intensión de ocultarlo,
y bueno... ya no puedo.
Creo que merece saberlo,
creo que quizás lo sabe pero merece escucharlo,
verbalizar las cosas es hacerlas parte de nuestra historia
y usted es parte de mi historia desde antes de conocernos.
Por favor escúcheme,
sin interrupciones, si me interrumpe no sabré como terminar.
Déjeme darle las gracias,
usted me salvó de muchas formas,
mas de las cree o imagina.
Cuando abrí los ojos aquella mañana y sentí su aroma impregnado en mi piel, descubrí que ya no había vuelta atrás.
Ese día lo contemplé no se por cuanto tiempo,
mire su rostro,
recordé imágenes, palabras y momentos del pasado.
Lo sentí tan cercano y único, tan cálido.
Esbocé una sonrisa.
Creo que fue la mejor manera de asumir lo inevitable.
Habría detenido el tiempo en ese momento,
quisiera haber podido guardarlo por siempre,
la memoria es frágil, y no quiero olvidarlo...
Mil veces soñé con este momento,
lo busque por mucho tiempo, creí haberlo encontrado en mas de una ocasión,
sufrí con cada desilusión al ver que estaba equivocada;
y de pronto llegó usted,
y cambio mi mundo,
y me estremeció.
Muchas veces me obsesioné con otros labios,
otros aromas se impregnaron en mi cuerpo,
otras sensaciones me embargaron,
otros momentos robaron mis pensamientos.
La pasión de lo prohibido,
la voluntad dominada por el deseo,
sensaciones extrañas dominaron mi vida por mucho tiempo.
Hubo un tiempo en el que me dejé llevar por sensaciones,
en mi afán de encontrar el príncipe azul de los cuentos me volví ciega,
me entregue a situaciones que espero nunca mas volver a repetir....
Creo que al fin y al cabo los cuentos son solo cuentos... la realidad distaba mucho de que podía haber deseado algún día,
y me prohibí volver a creer,
volver a entregarme,
rompí esquemas,
rompí mis estatutos,
quebrante mis concepciones,
guarde mis sueños hasta nuevo aviso;
levanté trincheras...
Hasta entonces siempre había creído que todos podemos ser ángeles de otra persona en algún momento de nuestras vidas,
que una sonrisa puede cambiar el mundo de una persona,
que una palabra en el momento adecuado puede iluminar una vida entera,
que los detalles nos construyen...
Creer en eso me sostuvo, y la vida me regaló la mejor forma de ver que no estaba equivocada...
Y es que de pronto lo vi,
y su sonrisa efectivamente cambio mi mundo,
y sus palabras desinteresadas quebraron mis trincheras
y me aterré,
fue mi ángel aquel día gris, y lo sigue siendo hasta el día de hoy.
Ya no tenía que buscar,
ya no podía escapar a lo inevitable.
Usted me hizo ver que no importa cuantas veces te caigas,
siempre habrá una próxima,
y sobretodo,
siempre habrá fortaleza en ti para volver a ponerte de pié...
Ese día volví a cerrar los ojos para sentirme tan vulnerable como usted ante mi.
Y sonreí nuevamente.
Ya no había temor.
Su imagen,
su aroma,
su sonrisa,
su mirada,
su historia y todo su ser estaba grabado en piedra dentro de mí.
En ese instante comprendí que todo lo vivido había valido la pena.
De pronto usted despertó,
y me sorprendió mirándolo.
Ambos reímos, no hacían falta las palabras,
nuestra almas se entendían con un lenguaje universal desde hace mucho.
Nuestros caminos estaban destinados a cruzarse en este momento de nuestras vidas... ambos lo sabíamos.
Escúcheme,
déjeme darle las gracias por hacer de mi lo que soy ahora,
déjeme decirle que ya no siento temor,
permítame descubrir día a día mas novedades en usted,
seguir disfrutando de su sonrisa,
seguir nutriéndome con nuestra historia.
Yo no le puedo prometer una vida eterna juntos,
no se si mañana lo estaremos,
la vida es efímera y ante nosotros, día a día, se abre un abanico de posibilidades.
Sé que no soy la mejor para usted,
no le puedo prometer cosas que sé que no llegarán,
al menos no por ahora,
créame que lucho día a día por ser una mejor persona por mí,
y también por usted... sin embargo, lo que sí le puedo asegurar, es que haré lo que este en mis manos para seguir construyendo esta historia,
que nunca había disfrutado de mi vulnerabilidad de esa forma,
que haré lo posible por hacerlo feliz,
que es lo mejor que me ha pasado este último tiempo,
que es el ser que mejor compatibiliza conmigo,
que usted ha logrado sacar lo mejor de mí
y que si esto se llegase a derrumbar el día de mañana, seguiría agradeciendole a la vida el haber cruzados nuestros caminos.
Escúcheme,
quizás esta no sea la mejor declaración de amor,
mis manos estan humedas,
estoy temblando,
a ratos me es difícil sostener la voz que hasta ahora temblorosa ha logrado decirle estas palabras... créame que son lo mas verdadero y arriesgado que he dicho en mucho tiempo,
lo que siento hoy por usted,
la persona que soy el día de hoy,
la historia que hemos forjado y la forma maravillosa en que nuestras almas se han conectado, hacen que todo lo vivido hasta ahora haya valido la pena...
...Créame que soy infinitamente feliz por eso...

Simplemente Noa

7 de noviembre de 2009

El camino correcto


Cómo saber cuando estamos optando por el camino correcto?
Hasta que punto elegirlo es lo mas adecuado?
Una vez alguien me dijo que los errores en realidad no existían,
que nosotros los calificábamos como tal porque nos sacaban de lo que teníamos estructurado como camino a seguir, sin embargo no eran mas que señales que nos enviaba la vida, Dios o quien quisieras creer que ponía la señal ante tus ojos, para indicarte que ibas por el camino equivocado o simplemente, para darle emoción a tu vida...
Hoy, la idea no me resulta en absoluto descabellada,
es mas, tal vez sean nuestros errores los que van forjando nuestro destino,
sin ellos ¿qué elemento le daría emoción a nuestra cotidianidad?
Hoy en día cada vez hay menos margen para soñar,
llevar una vida intrascendente es tan sencillo como dejarse arrastrar por la rutina y aceptar que de nuestra existencia no hay que esperar grandes cosas...
El conformismo abunda y los sueños están guardados en el último cajón de ese mueble al que ya no se acude porque hay cosas mas importantes que hacer...
No hay tiempo...
¿Cómo dentro de ese circulo vicioso e irremediablemente cegador encontramos el componente que le da vida a lo que hacemos?... Cuantos logran hacerlo?
Acaso sentarse a esperar a que un día, cansados de tanta mediocridad, nazca en nosotros el imperioso deseo de convertir en realidad todos aquellos sueños que se vieron truncados cuando alguien nos convenció de que la vida no era como la imaginábamos?
Me niego categoricamente a la espera y solicito con urgencia un ayuda memoria para no olvidarlo cuando dé el siguiente paso...
Y es que es tan fácil entregarse a la espera, perder la magia, guardar los sueños en el cajón de los recuerdos y vivir como una pieza mas del rompecabezas...
Qué es lo que le da forma a nuestra vida?
Quizás la respuesta sea el romper los esquemas,
el asumir el riesgo de querer vivir de verdad,
el dar un paso equivocado y caer... al fin y al cabo, algunas caídas son necesarias para reconocerte como un ser fuerte o aveces, mas débil de lo que pensabas antes de caer....
Incluso podrían ser útiles para conocer el temor!
Sin el temor a equivocarte y perder lo que tienes, me parecería difícil valorar lo que has logrado;
sí, el miedo es tan necesario como las caídas, pues como todo en la vida, tiene su equivalente, y es el valor lo que te anima a dar el siguiente paso.
Y ojo! el valor, en absoluto es la ausencia de miedo, sino mas bien el conocimiento de que hay algo mas importante que el miedo....El miedo paraliza, el valor te mueve, pero sin el temor jamas se conocería lo que es valor...
Tal vez si nunca nos desviáramos del rumbo fijado en un comienzo,
si nunca rompiéramos los esquemas ni expandiésemos los limites autoimpuestos antes de conocernos,
no tendríamos idea lo que es enamorarse,
jamás sentiríamos ese consquilleo en el estomago,
no haríamos locuras, por el motivo que sea,
no tendríamos hijos,
no seríamos quienes somos,
no viviríamos como se debería...
Creo firmemente que si bien es cierto,
a veces las cosas no salen como uno espera,
el tomar el riesgo, aunque sea para fracasar, es dar un paso, es vencer limitaciones autoimpuestas, es autoconimiento... Cometer un error o fracasar, es mejor que no haberlo intentado nunca… no?
Al menos se intentó... se dio el paso... se rompieron los miedos... se asumió el control.
Los desvíos son necesarios, tanto como el miedo, las caídas y el valor.
Al fin y al cabo uno aprende,
aveces de una manera mas amable que en otras,
ojala siempre fuera de manera amable,
pero así es la vida,
de dulce y agraz dicen algunos,
de colores digo yo...
Si pudiéramos controlar de quién nos enamoramos, enamorarse no sería tan emocionante…
Si pudiéramos conocer que es lo que nos depara el destino para el día de mañana, probablemente nos sentaríamos a esperar y nos volveríamos ciegos...
Yo no pretendo que haya poesía en mi vida, y aventura, y amor;
eso es para las películas... me conformo con atardeceres y circunstancias que me recuerden que estoy viva y que no quiero ser uno mas... me conformo con sentir ese cosquilleo en el estomago de vez en cuando, y con una que otra noche de baile desenfrenado... me conformo con instantes de felicidad pura y simple...
No pretendo la artística impostura del amor que plantea Shakespeare, prefiero los amores capaces de derrumbar la vida, de eliminar las estructuras, de recordar que hay que locuras lindas y que vale pena vivirlas...impetuoso, ingobernable, ensordecedor en su llamado, escalofriante en su potencia...
No tengo claro si me interesa conocer el camino correcto si tengo caminos alternativos tanto o mas emocionantes para llegar al mismo objetivo... lo que si me interesa es tener lo que necesito para mantenerme en condiciones de empezar de nuevo cada vez que el camino alternativo se trunque... quizas esa sea la forma de llegar al correcto...quien sabe...
Al fin y al cabo el tiempo avanza, la gente pasa, los caminos se truncan, las relaciones se terminan, y basta un segundo de serenidad para descubrir en ello un nuevo comienzo...
Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar...


Simplemente Noa

25 de noviembre de 2009

El miedo...


Hoy he venido a entregar unas líneas inspiradas en un compañero recurrente en nuestras vidas,
que a ratos ignoramos,
que muchas veces dejamos que nos domine,
que suele hacernos actuar de muchas formas,
que puede activar en nosotros un sin número de respuestas,
que tiene la capacidad de hacernos infinitamente fuertes,
y también,
y quizás ese sea su lado mas oscuro,
de destruirnos de la manera mas lapidaria y definitiva: El miedo.

El miedo siempre ha sido y siempre será componente importante en la conducta. Personalmente no creo en aquellos que dicen no sentirlo, considero que o es bloqueo, o es una valentía creada a partir de un episodio de temor.... un aprendizaje.
Convivimos a diario con él,
más de lo que pensamos,
más de lo que logramos percibir,
más de lo que nos gustaría,
más incluso, de lo que somos capaces de asumir.
Y es que está en cosas tan cotidianas como en la dueña de casa a la que le gustaría trabajar y ser independiente, pero no se esfuerza por hacerlo por miedo a la reacción del marido...,
en la joven que no disfruta de una vida sexual con su pareja por miedo a quedar embarazada...,
en los niños que se portan bien por miedo a los castigos...,
en el empleado que teme pedir un aumento de sueldo...,
en la joven que se sienta sola a leer un libro fingiendo que esta concentrada e interesada en lo que lee, cuando en el fondo está aterrorizada pensando en la posibilidad de no encontrar nunca al amor de su vida, de no sacar su carrera, de no ser lo que los demás esperan de ella...,
en el joven que también está aterrado por la presión de tener que satisfacer las expectativas de sus padres...,
en el viejo que no fuma ni bebe afirmando que así se siente con más energía y vitalidad, cuando en el fondo lo que sucede es que le aterra la posibilidad de morir...,
en la joven que teme al rechazo de sus padres por no estudiar lo que ellos quieren,
en el joven que adopta un estilo confrontacional y llamativo por miedo a ser ignorado por la sociedad al igual que lo es en su casa...,
en la pareja que pasea con una sonrisa en los labios encerrando el terror a hacerse viejos, el conformismo con el otro ante el terror de no encontrar a alguien mejor...,
en la mujer de 35 que se comporta como si tuviera 20 por el terror que le significa el paso de los años, la ausencia de una pareja estable, y sobretodo el pánico a que sea demasiado tarde para tener hijos...,
en el padre ausente que recuerda día a día al hijo que abandonó sin acercarse por pánico al reproche y al rechazo...

El terror de quedarse solo.

El terror a la oscuridad.
El temor de hacer cualquier cosa que se salga de las buenas costumbres.
El terror del juicio de Dios.
El terror a los comentarios de los hombres.
El terror a que la justicia castiga ante cualquier falta.
El terror a dejar de ser atractivo para tu pareja.
El terror de arriesgarse y perder.
El terror de ganar y tener que convivir con la envidia.
El terror de amar y ser rechazado.
El temor a pedir un aumento.
El terror a terminar una relación.
El miedo a aceptar una invitación.
El temor de ir a lugares desconocidos.
El miedo de no ser capaz de impresionar a los demás.
El terror a hacerse viejo.
El miedo de asumir una homosexualidad.
El miedo a cometer errores.
El miedo a las responsabilidades.
El terror al "que dirán".
El terror a morir.
El terror a defraudar.
El miedo a caer y no saber como ponerse de pie.
El miedo a ser uno mismo y no ser aceptado.
El miedo a no ser lo que los demás quieren que uno sea.
El terror a que nuestros defectos llamen la atención.
El terror a que nuestras virtudes no llamen la atención.
El terror de pasar desapercibido al no llamar la atención ni por nuestros defectos ni por nuestras virtudes.
El miedo a sufrir.
El miedo al miedo...

El miedo está en todos lados,
en cada uno de nosotros,
la diferencia es que unos son capaces de confrontarlo y tomar la valiente decisión de decir no estoy de acuerdo.
Por miedo a la soledad es que somos capaces de sufrir la tortura de una mala compañía. Por miedo a sufrir el final de una relación, muchos prefieren sufrir por años el infierno de una relación enfermiza.
Por miedo a sufrir a causa de nuestros errores, sufrimos las consecuencias de no comprometernos, de no acercanos, de no intentarlo, de no arriesgar nada...
Por miedo a sufrir el rechazo de los demás, preferimos no vivir nunca un encuentro, sufrir en soledad, no arriesgarnos a querer...
Por miedo al sufrimiento que involucra en que alguien no te quiera como quieres que te quiera: o dejas de atreverte a querer y te quedas seguro con tu sola compañía, sufriendo por no tener a alguien a tu lado; o te conviertes en un ser posesivo, quedandote finalmente solo y llegando al mismo final que la opción anterior.
Por miedo a sufrir una relación sexual no bien lograda, algunos prefieren ni siquiera intentarlo.
Por miedo a fracasar en un proyecto, sufrimos el terrible fracaso de no emprender ninguno.
Por miedo a que nuestros hijos den un mal paso, los llenamos de barreras protectoras que lo único que consiguen hacer es hacerlos incapaces de dar un paso por su cuenta...

Si...el miedo esta en todos lados,

y ante eso creo que tenemos dos opciones:
O nos paralizamos ante la posibilidad y hacemos lo posible por evitar el contacto,
o nos hacemos cargo.
Una mala reacción ante el estimulo nos puede dejar inmóviles,
encasillados,
sin la capacidad de fluir a nosotros mismos... perdiéndonos,
perdiendo personas,
perdiendo oportunidades,
perdiendo tiempo,
y en el fondo, perdiendo vida...
Ingenuamente nos autoconvencemos de que el no arriesgar involucra seguridad, que el no intentar es no caer; que el no hacer aquello a lo que estamos temiendo nos mantendrá mejor... seguros... tranquilos, cuando en el fondo lo único que consigue es llenarnos de límites autoimpuestos, lo cual nunca es bueno...
Mi consigna no es no temer, considero que el miedo debe estar presente en la vida de cada uno de nosotros, pero no como una muralla que nos impida ver lo que la vida nos depara, sino mas bien como una potente herramienta que es necesario aprender a manejar para dominarla en los casos en los que nos enfrentemos a obstáculos. El miedo, o paraliza o puede ser el estimulo que nos ayude a reaccionar ante la vida sacando lo mejor de nosotros para seguir adelante...
Me declaro una defensora de la valentía no como la cualidad de los que no sienten temor, sino mas bien como la de los que saben que mas allá del miedo hay un sin numero de oportunidades que vale la pena alcanzar,...
Supongo que lo único peor que fracasar en el intento, es nunca haberlo intentado... no?

"... Sinceramente sé que no me diferencio gran cosa de los demás, y que mi corazón, al igual que todos ellos, también alberga muchos miedos.... Sin embargo a pesar de todo, siento que los frutos de mi vida hablan por mí, y aunque que he caído en mas de una oportunidad, y sé que en mas de alguna oportunidad las cosas no saldrán como espero, si todo se derrumbase mañana por un paso en falso, por lo menos puedo decir que no he dejado correr mi vida sin arriesgar..."

Simplemente Noa

14 de noviembre de 2009

Escúcheme un momento...


Me gustaría que me escuchara un momento,
en silencio,
sin interrupciones,
hace tiempo que tengo deseos de decirle estas palabras,
no crea que me es fácil hacerlo,
en reiteradas ocasiones he sentido temor de lo que siento,
usted escapa a mi voluntad,
usted me hizo cruzar la línea,
por mucho tiempo me negué a intentarlo... huí.
Y es que usted llegó cuando menos lo esperaba,
es mas, usted llegó cuando ya había dejado de esperar.
Existen tantas formas de decir las mismas cosas,
usted me inspira, me llena de una manera que quizás no logre percibir por mi obstinada intensión de ocultarlo,
y bueno... ya no puedo.
Creo que merece saberlo,
creo que quizás lo sabe pero merece escucharlo,
verbalizar las cosas es hacerlas parte de nuestra historia
y usted es parte de mi historia desde antes de conocernos.
Por favor escúcheme,
sin interrupciones, si me interrumpe no sabré como terminar.
Déjeme darle las gracias,
usted me salvó de muchas formas,
mas de las cree o imagina.
Cuando abrí los ojos aquella mañana y sentí su aroma impregnado en mi piel, descubrí que ya no había vuelta atrás.
Ese día lo contemplé no se por cuanto tiempo,
mire su rostro,
recordé imágenes, palabras y momentos del pasado.
Lo sentí tan cercano y único, tan cálido.
Esbocé una sonrisa.
Creo que fue la mejor manera de asumir lo inevitable.
Habría detenido el tiempo en ese momento,
quisiera haber podido guardarlo por siempre,
la memoria es frágil, y no quiero olvidarlo...
Mil veces soñé con este momento,
lo busque por mucho tiempo, creí haberlo encontrado en mas de una ocasión,
sufrí con cada desilusión al ver que estaba equivocada;
y de pronto llegó usted,
y cambio mi mundo,
y me estremeció.
Muchas veces me obsesioné con otros labios,
otros aromas se impregnaron en mi cuerpo,
otras sensaciones me embargaron,
otros momentos robaron mis pensamientos.
La pasión de lo prohibido,
la voluntad dominada por el deseo,
sensaciones extrañas dominaron mi vida por mucho tiempo.
Hubo un tiempo en el que me dejé llevar por sensaciones,
en mi afán de encontrar el príncipe azul de los cuentos me volví ciega,
me entregue a situaciones que espero nunca mas volver a repetir....
Creo que al fin y al cabo los cuentos son solo cuentos... la realidad distaba mucho de que podía haber deseado algún día,
y me prohibí volver a creer,
volver a entregarme,
rompí esquemas,
rompí mis estatutos,
quebrante mis concepciones,
guarde mis sueños hasta nuevo aviso;
levanté trincheras...
Hasta entonces siempre había creído que todos podemos ser ángeles de otra persona en algún momento de nuestras vidas,
que una sonrisa puede cambiar el mundo de una persona,
que una palabra en el momento adecuado puede iluminar una vida entera,
que los detalles nos construyen...
Creer en eso me sostuvo, y la vida me regaló la mejor forma de ver que no estaba equivocada...
Y es que de pronto lo vi,
y su sonrisa efectivamente cambio mi mundo,
y sus palabras desinteresadas quebraron mis trincheras
y me aterré,
fue mi ángel aquel día gris, y lo sigue siendo hasta el día de hoy.
Ya no tenía que buscar,
ya no podía escapar a lo inevitable.
Usted me hizo ver que no importa cuantas veces te caigas,
siempre habrá una próxima,
y sobretodo,
siempre habrá fortaleza en ti para volver a ponerte de pié...
Ese día volví a cerrar los ojos para sentirme tan vulnerable como usted ante mi.
Y sonreí nuevamente.
Ya no había temor.
Su imagen,
su aroma,
su sonrisa,
su mirada,
su historia y todo su ser estaba grabado en piedra dentro de mí.
En ese instante comprendí que todo lo vivido había valido la pena.
De pronto usted despertó,
y me sorprendió mirándolo.
Ambos reímos, no hacían falta las palabras,
nuestra almas se entendían con un lenguaje universal desde hace mucho.
Nuestros caminos estaban destinados a cruzarse en este momento de nuestras vidas... ambos lo sabíamos.
Escúcheme,
déjeme darle las gracias por hacer de mi lo que soy ahora,
déjeme decirle que ya no siento temor,
permítame descubrir día a día mas novedades en usted,
seguir disfrutando de su sonrisa,
seguir nutriéndome con nuestra historia.
Yo no le puedo prometer una vida eterna juntos,
no se si mañana lo estaremos,
la vida es efímera y ante nosotros, día a día, se abre un abanico de posibilidades.
Sé que no soy la mejor para usted,
no le puedo prometer cosas que sé que no llegarán,
al menos no por ahora,
créame que lucho día a día por ser una mejor persona por mí,
y también por usted... sin embargo, lo que sí le puedo asegurar, es que haré lo que este en mis manos para seguir construyendo esta historia,
que nunca había disfrutado de mi vulnerabilidad de esa forma,
que haré lo posible por hacerlo feliz,
que es lo mejor que me ha pasado este último tiempo,
que es el ser que mejor compatibiliza conmigo,
que usted ha logrado sacar lo mejor de mí
y que si esto se llegase a derrumbar el día de mañana, seguiría agradeciendole a la vida el haber cruzados nuestros caminos.
Escúcheme,
quizás esta no sea la mejor declaración de amor,
mis manos estan humedas,
estoy temblando,
a ratos me es difícil sostener la voz que hasta ahora temblorosa ha logrado decirle estas palabras... créame que son lo mas verdadero y arriesgado que he dicho en mucho tiempo,
lo que siento hoy por usted,
la persona que soy el día de hoy,
la historia que hemos forjado y la forma maravillosa en que nuestras almas se han conectado, hacen que todo lo vivido hasta ahora haya valido la pena...
...Créame que soy infinitamente feliz por eso...

Simplemente Noa

7 de noviembre de 2009

El camino correcto


Cómo saber cuando estamos optando por el camino correcto?
Hasta que punto elegirlo es lo mas adecuado?
Una vez alguien me dijo que los errores en realidad no existían,
que nosotros los calificábamos como tal porque nos sacaban de lo que teníamos estructurado como camino a seguir, sin embargo no eran mas que señales que nos enviaba la vida, Dios o quien quisieras creer que ponía la señal ante tus ojos, para indicarte que ibas por el camino equivocado o simplemente, para darle emoción a tu vida...
Hoy, la idea no me resulta en absoluto descabellada,
es mas, tal vez sean nuestros errores los que van forjando nuestro destino,
sin ellos ¿qué elemento le daría emoción a nuestra cotidianidad?
Hoy en día cada vez hay menos margen para soñar,
llevar una vida intrascendente es tan sencillo como dejarse arrastrar por la rutina y aceptar que de nuestra existencia no hay que esperar grandes cosas...
El conformismo abunda y los sueños están guardados en el último cajón de ese mueble al que ya no se acude porque hay cosas mas importantes que hacer...
No hay tiempo...
¿Cómo dentro de ese circulo vicioso e irremediablemente cegador encontramos el componente que le da vida a lo que hacemos?... Cuantos logran hacerlo?
Acaso sentarse a esperar a que un día, cansados de tanta mediocridad, nazca en nosotros el imperioso deseo de convertir en realidad todos aquellos sueños que se vieron truncados cuando alguien nos convenció de que la vida no era como la imaginábamos?
Me niego categoricamente a la espera y solicito con urgencia un ayuda memoria para no olvidarlo cuando dé el siguiente paso...
Y es que es tan fácil entregarse a la espera, perder la magia, guardar los sueños en el cajón de los recuerdos y vivir como una pieza mas del rompecabezas...
Qué es lo que le da forma a nuestra vida?
Quizás la respuesta sea el romper los esquemas,
el asumir el riesgo de querer vivir de verdad,
el dar un paso equivocado y caer... al fin y al cabo, algunas caídas son necesarias para reconocerte como un ser fuerte o aveces, mas débil de lo que pensabas antes de caer....
Incluso podrían ser útiles para conocer el temor!
Sin el temor a equivocarte y perder lo que tienes, me parecería difícil valorar lo que has logrado;
sí, el miedo es tan necesario como las caídas, pues como todo en la vida, tiene su equivalente, y es el valor lo que te anima a dar el siguiente paso.
Y ojo! el valor, en absoluto es la ausencia de miedo, sino mas bien el conocimiento de que hay algo mas importante que el miedo....El miedo paraliza, el valor te mueve, pero sin el temor jamas se conocería lo que es valor...
Tal vez si nunca nos desviáramos del rumbo fijado en un comienzo,
si nunca rompiéramos los esquemas ni expandiésemos los limites autoimpuestos antes de conocernos,
no tendríamos idea lo que es enamorarse,
jamás sentiríamos ese consquilleo en el estomago,
no haríamos locuras, por el motivo que sea,
no tendríamos hijos,
no seríamos quienes somos,
no viviríamos como se debería...
Creo firmemente que si bien es cierto,
a veces las cosas no salen como uno espera,
el tomar el riesgo, aunque sea para fracasar, es dar un paso, es vencer limitaciones autoimpuestas, es autoconimiento... Cometer un error o fracasar, es mejor que no haberlo intentado nunca… no?
Al menos se intentó... se dio el paso... se rompieron los miedos... se asumió el control.
Los desvíos son necesarios, tanto como el miedo, las caídas y el valor.
Al fin y al cabo uno aprende,
aveces de una manera mas amable que en otras,
ojala siempre fuera de manera amable,
pero así es la vida,
de dulce y agraz dicen algunos,
de colores digo yo...
Si pudiéramos controlar de quién nos enamoramos, enamorarse no sería tan emocionante…
Si pudiéramos conocer que es lo que nos depara el destino para el día de mañana, probablemente nos sentaríamos a esperar y nos volveríamos ciegos...
Yo no pretendo que haya poesía en mi vida, y aventura, y amor;
eso es para las películas... me conformo con atardeceres y circunstancias que me recuerden que estoy viva y que no quiero ser uno mas... me conformo con sentir ese cosquilleo en el estomago de vez en cuando, y con una que otra noche de baile desenfrenado... me conformo con instantes de felicidad pura y simple...
No pretendo la artística impostura del amor que plantea Shakespeare, prefiero los amores capaces de derrumbar la vida, de eliminar las estructuras, de recordar que hay que locuras lindas y que vale pena vivirlas...impetuoso, ingobernable, ensordecedor en su llamado, escalofriante en su potencia...
No tengo claro si me interesa conocer el camino correcto si tengo caminos alternativos tanto o mas emocionantes para llegar al mismo objetivo... lo que si me interesa es tener lo que necesito para mantenerme en condiciones de empezar de nuevo cada vez que el camino alternativo se trunque... quizas esa sea la forma de llegar al correcto...quien sabe...
Al fin y al cabo el tiempo avanza, la gente pasa, los caminos se truncan, las relaciones se terminan, y basta un segundo de serenidad para descubrir en ello un nuevo comienzo...
Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar...


Simplemente Noa